Loading...

Micro-agresiones: El silencio no es el camino

¿Alguna vez estuviste en una reunión laboral donde alguien hizo un comentario particularmente ofensivo sobre raza, género o cultura, pero sorpresivamente tú y tus colegas se quedaron en silencio y sólo atinaron a mirarse entre sí? Va un ejemplo:

“Hoy te han dejado de niñera”, comentaron durante una reunión a un compañero de trabajo que estaba a cargo de sus hijos enfermos en casa. Más allá de alguna risa incómoda, la reunión siguió como si nada, cubriendo los temas del día.

¿Vale la pena comentar algo ante este tipo de micro-agresiones, o mejor callar para evitar generar un momento incómodo? ¿Qué estamos normalizando cuando aceptamos pasivamente un comentario u acción que invalida, estereotipa, minimiza o ridiculiza a una persona por su identidad? ¿Has pensado alguna vez qué hay exactamente detrás de este silencio? ¿O por qué algunos/as colegas conversan desaprobando tales micro-agresiones, pero solo en privado y después de los hechos?

Existe una profunda conexión entre el daño causado por este silencio escénico y la falta de confianza en nuestras relaciones con la diversidad en el lugar de trabajo. Cultivar una fuerte conciencia de sí mismo/a y practicar estrategias para acabar con la discriminación, puede ayudarnos a operativizar la justicia de pequeñas maneras y construir un sentido de pertenencia en todas las personas.

¿Por qué solemos callarnos? Como escribió en un poema famoso una vez el poeta Kyle “Guante” Tran Myhre: “La supremacía blanca no es un tiburón, es el agua”. En otras palabras, mientras pueda parecer conveniente identificar un caso evidente de discriminación en otras personas, de manera de señalarlo y condenarlo (y de esta manera intentar absolvernos a nosotros/as mismos/as de ser machistas/racistas/gordo-fóbicos/as, etc.), esto no necesariamente promueve justicia de manera significativa. Nos libramos de un tiburón, pero, el agua aún está ahí. En las empresas no es suficiente con apartar del cajón quién cruzó la línea de la discriminación y acoso evidente. Es hora de reordenar el agua, es decir, la naturaleza sistémica de la discriminación que es perversa y está internalizada, y, a diferencia de los tiburones, suele pasar desapercibida, en tanto es el medio en el que nos movemos.

El silencio no es el camino, pero comprendo que no siempre es sencillo levantar la voz para visibilizar un comentario sesgado, estereotipado, o prejuicioso. Por eso te propongo anticiparte a esas micro-agresiones. ¿Cómo? Muy sencillo: abriendo un espacio de dialogo honesto (y valiente) en tu equipo en torno a las micro-agresiones, y buscar un compromiso de todas las personas para minimizarlas. De esta manera, cuando surjan (porque van seguir surgiendo), no va a sonar tan raro que alguien las visibilice.

¿Cuál es tu reacción cuando escuchas micro-agresiones en tu equipo? Compártenos tu experiencia!

Por Marcelo Baudino
Experto en Diversidad, Equidad e Inclusión. Linkedin: https://ar.linkedin.com/in/marcelobaudino

Share

Deja un comentario

Su dirección de email no será publicada

You may use these <abbr title="HyperText Markup Language">html</abbr> tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

*

Skip to content