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¿Comunicar con perspectiva de género: sí o no? Justificando la respuesta

Juguete de armar con piezas un tractor, cuyo branding muestra la cara de un niño. Juguete de carrito de color rosa para portar elementos de limpieza, cuyo branding muestra a una niña jugando.

La semana que viene Juampi cumple 3 añitos. A Juampi le fascina cocinar. Cuando lo vamos a visitar siempre saca de su casita de abajo de la mesa alguna exquisitez, que puede ir desde papas fritas, ensaladas que combinan frutas y verduras (sabe los nombres de todas ellas), hasta tortas de chocolate con picos de merengue.

Pensando en qué podríamos regalarle, con mi hermana, decidimos que la mejor opción sería comprarle una cocinita para que siga creando y deleitándonos con sus recetas mágicas. Así que fuimos en su búsqueda a Cebra, una de las jugueterías más grandes y reconocida de esta gran ciudad.

Entramos y allí nos recibía un mundo lleno de juguetes, cuna de aspiraciones y sueños por cumplir. Estábamos como dos niñas, fascinadas con todo lo que había a nuestro alrededor. En eso, se nos acerca un muchacho de unos treinti-tantos y muy amablemente dice:

– Hola, soy Tomás ¿En qué las puedo ayudar? 

– Sí, estamos buscando un regalo para Juampi, que cumple 3.

– Como no, acompáñenme por acá – dijo, empezando a subir las escaleras. – Los juguetes de niños se encuentran en el 1er piso. 

Frené un segundo, volví a mirar a mi alrededor, todo en PB era fascinantemente rosa y fucsia; todo el primer piso poderosamente azul y celeste.

– Bueno, acá están todos los juguetes para niños. Tienen aviones, autos, motos, camionetas, luego en aquel sector están las armas, las espadas; y más allá, la estación de policía y bomberos, y a la vueltita tienen los juegos de laboratorio y el juego de astronautas; como pueden ver hay de todo… ¿Qué andaban buscando? 

– Estamos buscando una cocinita, sencilla pero linda, que venga con todos los chiches. 

– Ah… sí, entiendo… pero no, no tenemos en este piso. Hay cocinitas pero abajo, en el sector de nenas…

Y ahí vamos, nuevamente, entendiendo cómo opera y cuán tempranamente, la división sexual del trabajo, la mirada binaria de los géneros, y cuánto camino de deconstrucción aún queda por recorrer… ¿Por qué cocinar sigue siendo ‘‘cosa de niñas’’? ¿Por qué en la juguetería no hay más colores que reflejen la diversidad de gustos y alternativas? ¿Por qué no hay muñeco/as con discapacidad? ¿Porque en el 1er piso abundan las capas, las espadas, las armas, los laboratorios; mientras que en PB los bebotes, los carritos de compras y fashions muñecas con más cambios de looks de los que sea posible imaginar?

Me parece necesario enfatizar, que esta situación ocurre en pleno Siglo 21, año 2021 por cierto; cuando por momentos las cosas parecen mostrarnos que de a poco todo se va encaminando, situaciones como ésta nos recuerdan que aún hay mucho por hacer y que necesitamos que todas las personas se involucren si de verdad queremos lograr un mundo más inclusivo.

¿Qué pasa con esta empresa que aún segrega los pisos por sexo? ¿Es posible pensar en estos tiempos en la separación dicotómica, simbólica e incluso física de espacios por género, perpetuando una visión binaria y estereotipada sobre los cuerpos? ¿Por dónde pasan las decisiones que toman, sus comunicaciones y marketing? ¿Habrán tenido alguna capacitación en Diversidad, Equidad e Inclusión? ¿Qué pensarán las personas como Tomás, que trabajan ahí? ¿Qué pensarán sus clientes y clientas, en una sociedad cada vez más conscientemente crítica?

Claro está que esta situación en la juguetería, puede extrapolarse (lamentablemente) a otros rubros, de hecho a casi todos ellos. Pensemos cuántas veces vemos publicidades que nos ubican a las mujeres, una y otra vez como la encargada del hogar, la que le arma la vianda a la nena para que lleve al colegio, o la que pone la ropa a lavar del nene cuando llega de fútbol, como así también publicidades sexistas que buscan mediante la cosificación hipersexualizada de la mujer, generar consumo poniéndonos como centro del deseo, cuanto más provocativas y con menos ropa, mejor.

Tomémonos un minuto ¿Recuerdas alguna publicidad de camionetas manejadas por mujeres? ¿Recuerdas grandes científicas que figuren en los libros de ciencia? Seguramente pocas o quizás ninguna… 

Según un estudio publicado en la revista Science , las niñas empiezan a verse a sí mismas como menos talentosas que los niños a partir de los 6 años. Asimismo, la percepción de sus logros difieren también por género, mientras que los logros de las niñas son vistos como resultado ‘de su esfuerzo’, los logros de los niños son vistos como resultado ‘de su inteligencia’. Creo que si queremos lograr que en algún momento la Equidad de género deje de ser una utopía, debemos empezar a reparar en estas cuestiones, que lejos de ser ‘cosas de niño/as’ impactan inequívocamente en la adultez y en la realidad concreta.

Si las niñas a la edad de 6 años, ya no sienten que pueden llegar, o consideran que de hacerlo les costará muchísimo esfuerzo, porque su fuerte no es, como sí en el caso de los niños, la inteligencia: ¿Qué carreras elegirán? ¿A qué se dedicarán? ¿De grandes irán por sus sueños o los abandonarán?

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO), menos del 30% de las personas investigadoras del mundo en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas son mujeres. Un porcentaje que, además, está peor pagado por sus investigaciones y que no avanza tanto en sus carreras en comparación con los hombres.

Creo que a esta altura, sobra decir que es necesario derribar los estereotipos de género que vinculan la ciencia con la masculinidad y empezar a mostrar que las mujeres podemos ir por todo: ingenieras sí, pilotas sí, astronautas sí e investigadoras mujeres sí.

Asimismo, si queremos promover la corresponsabilidad en las tareas domésticas y de cuidado, es necesario replantearnos ¿Por qué todos los bebotes para cuidar suelen tener caja rosa? ¿Por qué las licencias por paternidad aún hoy continúan estando tan distantes de las de maternidad? ¿Por qué los varones se jubilan después que las mujeres?

Si buscamos abonar a un mundo con equidad de género, debemos detenernos a reflexionar sobre estas cuestiones, que, como vemos, tienen un impacto muy grande en el devenir social. Por lo pronto: Generar comunicaciones sexistas y estereotipadas, que continúan dándonos el mensaje de qué rol o lugar nos toca ocupar en la sociedad, seguramente no sea el derrotero a tomar. En este sentido, creo que las empresas en general, pero los departamentos de creación de productos, comunicación y marketing en particular, tienen una misión nada desdeñable en sus manos, ahora resta llevar ese potencial a la práctica. Aquí compartimos algunos consejos:

1) Fórmate, da lugar a nuevos saberes

Si en tu organización están empezando a abordar la temática de diversidad e inclusión, creando espacios formativos, independientemente la etapa en que estés, participa, quizás aprendas mucho, quizás te lleves algo, quizás tu ejemplo aporte a otro/a una nueva mirada.

2) Promueve la perspectiva de género

Abre conversaciones en tu lugar de trabajo en miras a promover la perspectiva de género. ¿Habrá cosas que puedan hacer que tiendan a reflexionar, cuestionar o desafiar los roles de género tradicionales? ¿Por qué no proponerlas e implementarlas?

3) Sé parte del cambio que la sociedad necesita

Valora tu poder para incidir en la realidad. Cada persona, desde su lugar, puede hacer algo para contribuir, genera y sé parte del cambio que deseamos ver en el mundo.


Por Daniela Mariana Chávez
Lic. en Sociología. Líder de proyectos DEI
Linkedin: Daniela Mariana Chavez (ella)

 

 

 

 

 

 

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