“Si no lo veo no lo creo”. ¿Alguna vez te detuviste a pensar el trasfondo de esta frase que usamos tan frecuentemente? Quienes trabajamos en fomentar ambientes de trabajos inclusivos, empezamos a prestar atención a aquellos comportamientos sutiles que suelen inflexibilizar a las creencias sobre determinados grupos de identidad, y por ende, nos dificulta percibir a nuestros/as colegas, clientes o incluso amigos, de manera más precisa.
Para sintetizar, lo que básicamente significa esta frase es que una vez que creemos algo, recién allí podemos “verlo”. Esto es lo que se conoce como sesgos de confirmación, uno de los tipos de sesgos más comunes que atentan contra la inclusión. La idea es sencilla, pero peligrosa: cuando tenemos un sesgo de confirmación, automáticamente identificamos la evidencia que confirma a nuestra creencia. Estos sesgos funcionan de la siguiente manera:
Paso 1: Adoptamos una creencia inflexible sobre una categoría de personas.
Imaginemos, por ejemplo, que creciste en una comunidad donde los adultos/as miraban con desprecio a los/as inmigrantes de determinados países. Sus comentarios enviaban mensajes claros a tu joven cerebro que aquellos/as inmigrantes de X países eran personas maleducadas, violentas e incivilizadas. Adicionalmente, creciste bombardeado de mensajes de que las mujeres deben ser emocionales, “femeninas” y delicadas. Eventualmente comenzaste a creer, incluso subconscientemente, que esto es la normalidad.
Paso 2: Una vez que el sesgo se arraiga, comienza la distorsión
Cuando nos encontramos con un miembro de ese grupo, nuestra mente, automáticamente y sin darnos cuenta, advierte sólo aquellos comportamientos que apoyan el sesgo. Siguiendo nuestro ejemplo, si escuchamos a un colega que ese país que está presentando un proyecto, prestamos mayor atención a los pequeños errores e incongruencias. Y cuando nos encontramos trabajando con mujeres, nos damos cuenta cuando ellas muestran sus emociones, se preocupan por los demás, o cuidan su apariencia.
Paso 3: Las creencias sesgadas se propagan y se perpetúan
No solo notamos más rápidamente los comportamientos que respaldan nuestras creencias, sino que somos más propensos a recordar esos comportamientos y transmitirlos a otros.
Paso 4: No detectamos aquellos comportamientos que contradicen a nuestra creencia
Esto nos lleva a que no prestemos (la misma) atención a las propuestas innovadoras que nuestro/a colega de X país trajo a la mesa. Por otro lado, no nos demos cuenta (o convenientemente nos olvidemos) la asertividad en que algunas colegas presentan sus proyectos, o que muchos hombres también son emocionales.
¿Te imaginas las potenciales consecuencias en la productividad y el clima laboral si todos/as hemos recorrido estos 4 sencillos pasos? Los sesgos de confirmación constituyen un obstáculo enorme para la inclusión de la diversidad (especialmente de aquellos grupos no privilegiados, sub-representados o minoritarios).
Por suerte, la solución para enfrentar a los sesgos de confirmación no es demasiado compleja. Está claro que existen algunos sesgos que se encuentran tan profundamente enraizados que rara vez podamos descubrirlos. Es por ello que en nuestro taller sobre sesgos inconscientes, ofrecemos diferentes técnicas prácticas para mitigar o neutralizar su impacto. Sin embargo, la mayoría de los prejuicios que nos limitan constantemente arrojan pistas sobre su existencia en forma de pensamientos, acciones y decisiones. En el siguiente artículo compartimos un ejercicio sencillo para detectar tus propios sesgos: A la caza de mis sesgos inconscientes.
¿Cuáles crees que son las creencias inflexibles más comunes en tu sociedad sobre diferentes grupos identitarios?
Por Marcelo Baudino
Experto en Diversidad, Equidad e Inclusión
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