De todas las regiones del mundo que me generan curiosidad, África probablemente se encuentre en el primer puesto. Y no sólo por ser la cuna de la humanidad, o la región con mayor diversidad del mundo, sino por la enorme cantidad de lecciones que puede enseñarnos. En un mundo donde el individualismo y la acumulación de riquezas han puesto a la humanidad al borde del abismo, retornar a los aspectos más básicos de la convivencia humana en paz y en armonía con la naturaleza, es una cuestión de supervivencia.
En muchas culturas africanas, el «yo» no está separado del mundo, está unido y mezclado con el entorno natural y social. En Sudáfrica, por ejemplo, existe una regla ética que realza la lealtad de las personas y las relaciones entre estas. Provenientes de las lenguas zulú y xhosa, se la conoce como “Ubuntu”, una parte del legado que África le ha regalado al mundo. Ubuntu se refiere esencialmente a la hospitalidad, al cuidado de otras personas, a estar dispuestos/as a hacer un esfuerzo adicional por el bien del resto. Este concepto sostiene que un individuo es una persona a través de otras personas, que mi humanidad está conectada, ligada, inexorablemente, con los demás. En otras palabras, si yo te deshumanizo, inexorablemente me deshumanizo a mí mismo. Por lo tanto, buscar trabajar para el bien común porque tu humanidad se consolida sólo en comunidad, en pertenencia con un todo; es tan solo puro sentido común.
Ubuntu significa “Yo soy, porque nosotros/as somos”. En el mundo gerencial solemos llamar a esto convivencia mutuamente beneficiosa. O también conocido como «inclusión«.
Una estrategia de inclusión efectiva crea beneficios prácticos para todos/as los/as involucrados/as. Si una compañía se compromete con la diversidad, también debe hacerlo con la inclusión. La diversidad representa el mosaico de personas que aportan una variedad de experiencias, estilos, perspectivas, valores y creencias, como un capital para los equipos y organizaciones con los cuales interactúan. La inclusión posibilita que todas las personas se sientan bienvenidas y valoradas en la organización, no sólo por sus habilidades, sino también por sus perspectivas y cualidades. La inclusión invita a todas las personas a sentarse en la mesa, a tener representación, a ser escuchadas y valoradas, sabiendo que su contribución importa, y que en última instancia, todos saldremos beneficiados por esto. En otras palabras, Ubuntu.
¿Existe en tu organización una consciencia clara sobre la importancia de la inclusión para todos?
Por Marcelo Baudino
Experto en Diversidad, Equidad e Inclusión
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